viernes, 28 de enero de 2011

Sobre la prohibición de juegos de video violentos en Panamá

Recientemente me enteré de la propuesta presentada por el diputado Alcibiades Vásquez, sobre una ley que “Que prohíbe los videojuegos bélicos o de violencia y los juegos bélicos y se dictan otras disposiciones”.
Mi primera reacción fue de alarma, ya que he leído cómo leyes como esta han fallado en tener mérito para ser aprobadas en otros países. Inicialmente me alertó que uno de nuestros diputados electos pudiera proponer algo parecido, imitando a otros líderes sin fundamento dentro de la región.
Decidí leer la propuesta de ley y decidí publicar mi opinión. Si eres "gamer", posiblemente esto te interesa.

¿Estos son los verdaderos motivos?

Para comenzar, el documento está pobremente redactado. No tiene una estructura coherente ni sustentable, pero aquí resalto sus puntos más atroces:
La sustentación de motivos dice que
“En mundo actual la violencia, así como la drogadicción y otros males, se han convertido en grandes flagelos de las familias y, por ende, de las sociedades modernas”.
Cualquiera que sepa un poco de historia sabe que la violencia no se inventó en el siglo XX. Tampoco la drogadicción. Y ninguno de estos temas está ligado directa o indirectamente a los juegos de video ya que ambos problemas ya existían mucho tiempo antes de que se inventara la primera computadora.

Creo que es bueno que aquellos que legislan se preocupen por reducir la violencia, pero para resolver un problema tan complejo necesitamos personas inteligentes y educadas que tengan recursos para crear planes y proyectos que den resultados medibles, no personas sin imaginación que ven lo que no comprenden con temor y tratan de usar esos temores para establecer leyes que les sirvan como atajos y decir que están trabajando por el bien común.

La supuesta justificación de la ley, o “Exposición de Motivos” dice que
“[Juegos de video violentos] afecta y contamina a nuestros niños y adolescentes, trastocando y torciendo la formación de la personalidad de ellos, llevándolos de la mano directamente a un mundo de violencia y agresividad...”

No he visto a nadie, incluyendome a mí mismo, que haya sido llevado de la mano directamente a nada, y mucho menos por juegos de video o juegos de guerra. Soy un ciudadano productivo de la sociedad, tengo un título universitario, tengo 26 años y no tengo record policivo. He jugado con juegos de video violentos y no violentos desde los 6 años de edad. Como yo, habemos muchos en este país.

Esta simple observación reafirma los estudios realizados en todo el mundo, que concluyen en que los juegos de video violentos no influyen en el desarrollo o niveles de agresividad de los niños y adolescentes, como esta vergonzosa propuesta de ley afirma, sin tener estudios científicos ni referencias que lo sustenten.

¿Qué consecuencias tiene una prohibición?

Cuando una ley prohíbe cualquier actividad, las consecuencias son siempre costosas. Como resultado siempre se limita la libertad, se crean nuevos delitos, se meten a más personas a la carcel (o se multan más ciudadanos) por los nuevos delitos creados y se crean mercados negros y redes de contrabando.
Pagamos suficientes impuestos que son dirigidos al mantenimiento de la seguridad y a combatir el narcotráfico como para inventarnos más delitos.

Todo esto es aún peor cuando la prohibición ni siquiera tiene una justificación basada en evidencia y estudio imparcial. Las consecuencias son muy grandes, ante cualquier ley prohibitiva, para considerarlas sin importancia, aunque el tema en cuestión no parezca de nuestro interés.

Sólo hay que ver el ejemplo que dejó Estados Unidos con su periodo de prohibición del alcohol en los años 20. Que por cierto, sí es una droga que ha causado mucho pesar y dolor a muchas personas. No digo que se prohíba el alcohol, pero sirve de referencia para que pongamos el tema en perspectiva.

Educación del pueblo

Me quiero dirigir al Honorable Diputado Alcibiades Vásquez.
La educación de los jóvenes de este país es responsabilidad de sus padres y familiares. Me parece loable que se quiera buscar soluciones a tantos problemas que tenemos, pero no existen atajos para lograrlo y encima de esto, con esta ley se está atacando un aspecto de nuestra sociedad que ni siquiera está ligado al problema que se quiere resolver.
Los delincuentes jóvenes de hoy no tienen playstation en su casa, ni xbox, ni Wii. Estos jóvenes tienen muchos problemas, y estoy seguro que dichos problemas tienen más relación con la economía, la asamblea de diputados, la policía nacional y el sistema educativo, que con los juegos de video o los soldaditos de juguete (que por cierto, hasta mi abuelo jugaba con esos).
Nuevamente, la educación es responsabilidad de los padres, y es hora de que se hagan leyes y proyectos que de verdad promuevan dicha responsabilidad y le enseñen a los padres que dichos juegos no están dirigidos a sus hijos.
Mientras tanto, nosotros, los adultos, tenemos el derecho de disfrutar de ellos. Así como usted probablemente disfrute del sexo y el alcohol, que no tienen nada de malo mientras seamos responsables de lo que hacemos.
Una ley no es educación, es imposición.

A los “gamers”


Como muchos “gamers” que conozco (al igual que la mayoría de los panameños), tendemos a ocuparnos de nuestros estudios, familia, intereses personales y dejamos que los señores de la política hagan lo suyo. Nos limitamos a criticar negativamente y burlarnos cuando hacen algo mal pero seguimos nuestras vidas y atendemos nuestras responsabilidades y seguimos pagando impuestos.


Espero que esto nos sirva para que estemos un poco más atentos y nos demos cuenta que en nuestro país hay personas que reciben un muy buen sueldo, pagado con nuestro esfuerzo, el cual es justificado a través de propuestas como esta, que representa un trabajo muy pobre.



Le hubiera entregado un trabajo así, sin ninguna referencia válida para sustentar mis conclusiones (algo que me solicitaban mis profesores desde primer año de secundaria), a lo mínimo, merecía una baja calificación. Considero que los estándares que deben cumplir en sus trabajos estos señores, deben ser muy superiores a las correctas exigencias de un profesor de educación media.

Es hora de que seamos más exigentes con las acciones de aquellos que el pueblo elige. Después de todo, nosotros pagamos su salario, y en parte, también con los juegos de video que compramos.